Su figura se seguirá estudiando en el futuro,
se endiosará y se hará de él un mito divino, y se dirá de él que dio con el
modelo adecuado para conciliar partes enfrentadas ¿cómo? Alejándose de las
emociones que perturban el raciocinio, desactivando en su cabeza el odio, no en
su corazón, donde sólo están las pulsiones físicas, sino en sus recuerdos y en
la creación de sus objetivos. Pues el odio no hace más que enrocar posturas y
basar la victoria, el resarcimiento del orgullo herido, en la derrota del otro.
sábado, 14 de diciembre de 2013
El último líder
Cuando uno comienza a estudiar la historia de
la humanidad debe aprender listas y listas de nombres de personajes célebres
que, muchas veces, lo son por hechos reprobables y, pocas veces, por haberse
convertido en un modelo de virtudes de su propio tiempo. Mandela era lo más parecido a un Papa global,
admirado y respetado en todo el mundo aunque muchos, los más recientes, lo
conocen por ser el ídolo de todo el que se considere alguien en el starsystem,
ya sea Angelina Jolie, Bono, Beyoncé o Will Smith. Pero que la cultura de lo
banal no impida apreciar el verdadero valor de la existencia del viejo Madiba:
si pidiéramos a cada ser humano globalizado que pusiera en una lista los tres
personajes mundiales que más admira sin duda Nelson Mandela sería el más
nombrado.
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