Me sorprende que padres, hechos y
derechos, nada de magaya que diría mi
abuela, despotriquen contra los niñatos, hijos, ésos sí, de magaya, sin
civilizar, que se pasan vídeos pornográficos reales, bromas pesadas a
profesores, palizas, escatología, gore y demás. ¿Que qué hay tras ese “demás”?
Pues todo lo que te puedas imaginar y no puedas por tu déficit de experiencia
en la red, aquí sí que sabes menos que un
niño de primaria. La falta de autocrítica es una cualidad que predomina en
los padres de hoy, también la negación de la realidad y la falta de memoria
sobre cómo funcionaba nuestro comportamiento infantil y adolescente: el
egocentrismo, tanto para ser los reyes del mambo como los más tristes mártires
del universo; el ansia por encajar; una vez que encajas, el deseo de destacar
y, algo que siempre se ha hecho pero que hoy alcanza un nivel de gravedad
mortal por la multiplicación de herramientas, de su alcance y los efectos: la oportunidad
fácil de autoafirmarse haciendo el vacío o atacando al que no llega, al
pringado, al inseguro, al diferente.